En esta entrada, intentaré realizar
un análisis marxista del cuento “El elefante” por César Dávila Andrade. Según entendí, este análisis debe tener dos
partes: el contexto histórico y político.
Para comenzar esta es la lista de palabras
nuevas que encontré dentro del texto:
- Valimientos
- Edilicias
- Privanza
- Zurcidas
- Sastre
- Agasajo
- Subalternos
- Zigzagueo
- Templanza
- Birlado
- Enaltecimiento
- Petimetres
- Vejetes
- Insobornable
- Propenso
- Vanagloria
- Fulminantemente
- Gallardas
- Relampagueó
- Recóndito
- Enterizo
- Heráldica divisa
- Gárrulas
- Unción
- Entrecejo
- Calabozo
- Chasquear
- Látigo
- Cavidad bucal
- Peldaños
Contexto histórico y político:
Según lo que leí en este cuento,
entendería que se realiza el tramo del cuento en Ecuador. Sin embargo, no tengo mucha consciencia de la
historia del Ecuador como para analizar el contexto histórico en el cual está escrita
esta historia. Entonces, tuve que buscar
información sobre este aspecto histórica.
Lo que encontré es que Dávila Andrade suele escribir con los temas de
pobreza extrema, falta de igualdad entre los ricos y pobres y el
aprovechamiento de los pobres por las personas que mantienen el poder. Con esta información, podría decir que el
cuento “El elefante” se trata de demostrar estas realidades.
En el contexto del cuento, se ve que
un hombre, Antonio Andrade y Alvear (A. A. A.), se asciende en su trabajo
porque lo merecía. Sin embargo, dice que
es raro que pase esto. Es decir que,
seguramente, la mayoría de personas que llegan a tener posiciones de poder
hacen palanca para llegar ahí. Se ve que
este señor, al llegar a tener esta posición en el trabajo de inspector de
mercados, empieza a sentir mucho estrés,
lo que podría indicar que se está sacando provecho del pobre señor al darle un trabajo
difícil y cansado. Además, se ve en el
cuento que el señor le grita a una señora del mercado por tener su gorro blanco
sucio. Claro que Antonio Andrade y
Alvear solo está haciendo su trabajo, pero al mismo tiempo, él también está
aprovechando de ella para que él se vea mejor dentro de la perspectiva de los
demás. Es casi como si fuera un ciclo
vicioso que pasa dentro de cualquier clase social.
En general, César Dávila Andrade
solía escribir sobre esta posición de apoyar a la igualdad dentro del mundo y
erradicar esta desigualdad tan injusta y aprovechadora. Creo que se ve muy claro en este cuento, “El
elefante”, como juega con esta idea; solo al leerlo, uno se vuelve consciente
de este problema socio-económico, lo que a mí siquiera me hizo tener ganas de
erradicar por completo esta explotación de la humanidad.
Pues en cuanto a la circunstancia histórica, lo que podríamos decir es que DA evoca un momento de "modernización" en la historia de la administración municipal en el Ecuador, presumiblemente en la década de los años 50, en un momento en que el Ecuador goza de un período inusual de estabilidad política que le permite iniciar un proceso de esta naturaleza. También es un período de auge (disminuido) del populismo, en un momento de gran movilidad geográfica en el país, con buena parte de la población rural acudiendo a las urbes en busca de oportunidades. Ese es el escenario del mercado en efecto: un sitio en que se encuentra lo urbano con lo rural y en donde además chocan perspectivas; la regulación vs el comercio deregulado. El texto de DA evoca un momento explosivo en ese encuentro, un momento de enorme frustración y molestia para el protagonista. La molestia es el resultado de su confirmación de dos hechos, el primero es su ascenso (inusual en tanto no expresa el acomodo político ¿o lo hace?) y el segundo su molestia por el gorro sucio de la mujer en el mercado. Desde una perspectiva psicoanalítica esta "coincidencia" es notable. ¿Es que la mancha, el sucio, la contaminación del gorro, sirve para señalar una mancha más grande? ¿Es que el personaje no acepta su propia participación corrupta en el sistema y por lo tanto desplaza esa negación hacia el mundo externo? El título del relato parece señalar en esa dirección, "Elefante" implica, entre otras asociaciones, a la memoria, y tal vez sea esa memoria reprimida, ese recuerdo enorme pero desconocido lo que propicia el exabrupto del protagonista del relato
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