viernes, 6 de junio de 2014

Fenomenología, recepción, hermenéutica

Al leer el segundo capítulo del libro “Una introducción a la teoría literaria” por Terry Eagleton que habla sobre los tres conceptos de esta entrada, me quedó mucho más claro qué es lo que significan.  En la página 75 de su libro, dice lo siguiente: “[…] la fenomenología es un tipo de idealismo metodológico que se propone estudiar una abstracción denominada “conciencia humana” y un mundo de puras posibilidades”.  Es decir que, dentro de la fenomenología, cada perspectiva o interpretación del mundo es su propia realidad y que hay un número sinfín de realidades, ninguna más verdad que otra.  En la página 74, Eagleton también dice que “debemos reducir el mundo exterior únicamente al contenido de nuestra propia conciencia”.  Si entiendo bien, esto sería como decir que cada persona solo puede existir dentro de su propia realidad y que no puede compartir ni entender las realidades de otros.  Si este es el caso, podría señalar un aspecto negativo de la fenomenología; si todos viven en una realidad distinta, no habría posibilidades de comprender a las otras personas sino que, una vez que comprendes algo nuevo, eso también llega a formar parte de la realidad propia.
Con todo, de acuerdo con Eagleton, “[…] todas las realidades deben tratarse como meros “fenómenos”, en función de su apariencia en nuestra mente: estos son los únicos datos absolutos que pueden servirnos de punto de partida”.  Es verdad que todos ven el mundo desde su propia perspectiva y que esta perspectiva está influida por experiencias propias, pero me parece que la realidad de uno nunca deja de cambiar y crecer para abarcar y entender otras realidades de otras personas.  Entonces, si esto es cierto, todos podrían llegar a entender las realidades de los demás como parte de su realidad propia.  Si vuelvo a analizar esta idea de “puras posibilidades” de la primera cita de esta entrada, pienso que tal vez, de acuerdo con la fenomenología, uno no se puede controlar lo que se le entra en su realidad o tal vez sí.  ¿Qué opinan ustedes?
En cuanto a la lectura “El origen de la obra de arte” por Martin Heidegger, me pareció interesante esta interpretación de dónde nace una obra de arte.  Relacionándolo con la fenomenología, una obra de arte nace de la esencia de una persona, el artista.  Aunque tal vez no logramos entender una obra de arte como la entendió el artista que la hizo, podemos aceptar que quizá nunca logremos entenderla de la misma forma, pero para el artista tiene sentido.  Al mismo tiempo, cada persona puede interpretarla a su propia manera, y eso es lo que dice la fenomenología; la esencia de una persona nace de su propia interpretación y perspectiva del mundo.  Entonces, como aparece al comienzo del texto de Heidegger, “Pero ¿acaso puede ser el arte un origen?”  En el sentido que la interpretación de una obra de arte puede iniciar un cambio en la realidad de otras personas, estaría de acuerdo con que el arte, además de tener un origen, sea un origen.  Entones, más bien se me viene a la mente otra pregunta. ¿Hay algo que no tiene origen?  Si todo tiene un origen, las realidades y esencias de todos, de alguna forma, son conectadas y no tan separadas como podrían aparecer.

1 comentario:

  1. Muy bien el ejercicio de "acudir al texto", ese ir y venir al documento es el mejor recurso para intentar extraer sentido de un texto. Si seguimos con esa analogía habría que decir que la fenomenología no es otra cosa que observar, no solo lo que llevas y traes (el contenido) sino al mismo tiempo, todos los detalles involucrados en el acto volitivo: con qué disposición acudes a la fuente, con que otra "regresas", qué actividad(es) desempeñas en el trayecto, cómo asumes tu condición de cargadora, etc. (la forma). La suma de estas dos operaciones sería la fenomenología como tal.
    Escribes:
    "Si entiendo bien, esto sería como decir que cada persona solo puede existir dentro de su propia realidad y que no puede compartir ni entender las realidades de otros"
    Hay algo de verdad en lo que dices, con una salvedad, Eagleton no dice que cada una de nosotras solo puede existir en su realidad, aquello queda fuera de juego porque toda la hermenéutica parte de la idea de que la realidad en sí es inconocible. De lo que partimos cada uno es de nuestras propias concepciones, o preconcepciones, del mundo en que vivimos--aquel mundo del que no podemos saber, con seguridad, absolutamente nada. Lo que queda en juego entonces, es nuestra percepción, nuestro entendimiento de la realidad y efectivamente aquello consiste en la piedra de toque de la "realidad" misma. Ahora, si podemos o no trascender esos límites, para entender al otro, esa es la pregunta que postula la hermenéutica. Heidegger señala que es muy muy muy muy difícil, precisamente porque el obstáculo es el "sentido común", la falsa noción de que, en ecuatoriano, "sí se puede". Tampoco dice que no es posible, lo que esta teoría postula, y que la fenomenología despliega, es una oportunidad para lograr aquello.
    saludos,

    a

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