En
esta entrada, escribiré un análisis basado en postestructuralismo acerca del
cuento "El recién llegado" escrito por César Dávila Andrade.
Para esto, lo primero que hay que hacer es leer el texto y buscar su
centro o aparente centro del cuento. Luego de esto, se debe pensar en la
oposición binaria de este centro; de esta forma se puede ver que el mismo texto
demuestra ambos lados de esta oposición binaria. Sin embargo, tengo que
ser honesta y decir que este análisis es posiblemente el que más me costó hacer
porque fue bastante difícil identificar el centro del cuento. Con esto
dicho, estos eran los posibles “centros” de este cuento:
- Superioridad
- Placer
- Fealdad
- Belleza
- Edad
- Paso del tiempo
- Infierno
- Cielo
- Espíritu hermano vs. Espíritu animal
- Pobreza
- Riqueza
- Sufrimiento
- Inseguridad
- Éxito
- Soledad
- Vergüenza
Después
de pensarlo bastante, decidí por “superioridad”. Sin embargo, me parece
que todos los temas que escogí se podrían considerar válidos como un centro de
este cuento dependiendo de la perspectiva. No obstante, de acuerdo con el
postestructuralismo, no hay una sola manera de interpretar las obras
literarias; entonces, esto significaría que en realidad, cualquiera de estos
temas se podría considerar como su centro. Por estas razones, me pregunto: ¿no
es entonces parecido a fenomenología?
Bueno,
para seguir con el análisis, como ya dije antes, voy a usar el tema de
“superioridad” como su centro. Una
vez que he establecido esto, lo que necesito hacer es brindar a la luz el tema
que completa una oposición binaria. En
este caso, podría ser algo como, “inferioridad”. Entonces,
ahora podemos ver este cuento con el apoyo de dos lentes de perspectiva: “superioridad” vs. “inferioridad”.
Enfocándome
en esta oposición binaria y tomando en cuenta lo que dice postestructuralismo,
se podría decir que la superioridad y la inferioridad no se existirían si no
fuera por el otro; es decir que se dependen entre sí. En
el cuento, se puede ver la inferioridad de los perros y la superioridad de los
humanos. Lo interesante es que
hay un personaje que es humano pero que antes era un perro en otra vida (si es
que entendí bien). Cuando
era un perro, tenía un dueño que le cuidaba mucho, y ahora que es un humano,
básicamente vive en la calle. Es
irónico esto porque se supondría que los perros siempre son inferiores a los
humanos, pero me pregunto, ¿realmente es así? Tal
vez, viendo el cuento desde esta perspectiva, se podría considerar que la vida
de un humano o su espíritu no necesariamente es superior a la de las demás
criaturas del mundo.
Continuación:
En la
primera parte de esta entrada, expliqué como se ve la “superioridad” humana
dentro del cuento “El recién llegado”. Es importante acordarse de que la
“superioridad” no puede existir sin la “inferioridad”. Como dijo Álvaro en el comentario abajo, “la "superioridad" humana
solo es posible con relación a un "otro" que pueda asumir toda la
carga negativa que lo humano destierra y que aleja de sí en esa figura
precisamente”. En otras palabras, la
“superioridad” solo es posible cuando tiene con qué compararse; en este caso,
se compara con su oposición binaria negativa, “inferioridad”. Es decir que, si no habría seres “inferiores”,
tampoco podría haber seres “superiores”.
Sin embargo,
dentro del cuento, también se puede ver esta “superioridad” desde otra
perspectiva; más bien, se podría interpretar que los perros son los que son
“superiores” a los humanos, lo que implicaría también que los humanos son
“inferiores” a los perros. En este caso,
se argumentaría que los perros no son fieles a los humanos y, más bien, se
creen “superiores”.
Para dar un
ejemplo de cómo se puede ver la “superioridad” de los perros, propongo analizar
esta parte del cuento: “Eran tan sabrosas esas moscas de la carne, y de
adehala, antes de ser tragadas producían deliciosas comezones a lo largo del
paladar. Sentirlas agonizar entre este y
la lengua, era un placer tan delicado que, a veces, se quería aullar agudamente
como en el hipócrita pinchazo de un espino”.
Aquí se puede ver la “superioridad” del perro sobre estas moscas de la
carne y la forma en la cual disfruta de tener esta “superioridad”. Aquí, entonces, podríamos ver también la inferioridad
de las moscas, la parte negativa que viene con esta oposición binaria.
Otro ejemplo
que se puede dar es cuando empieza a describir el zapatero con su “cantadora
fealdad”. Se podría considerar que la
fealdad es un aspecto de “inferioridad” en este caso. Luego y al contrario, describe como un perro
camina hacia su casa; esta forma de caminar me parece que está llena de
bastante orgullo y, más bien, hace que el perro tenga cierto sentido de
“superioridad” a los seres humanos.
Luego, se
detalla la diferencia entre el cielo de los seres humanos y el de los
perros. No hay una descripción muy
profunda del cielo de los seres humanos.
Sin embargo, esta es la descripción que da para los perros “Los blancos
fox-terrier y todos los animales, al morir, pasan a un estado crepuscular cuyo
medio interno se halla orlado por nubes de leche materna. A la hora del renacimiento, esta dulce sustancia,
les conduce a un nuevo regazo carnal y, otra vez, a ladrar todo el día […]”. Como se puede ver, este paraíso para los
perros demuestra mucha más importancia y “superioridad” en comparación con el
otro. Hasta la forma en que jueguen los
perros se describe como algo “superior”.
Dice: “Él, les enseñó a jugar como juegan los perros, es decir, sin
deseo de ganancia, angelicalmente”.
Al final del
cuento, si lo interpreto bien, el personaje principal ve a una señorita
parecida a la mujer que era su dueño en años anteriores. A pesar de que tiene un cuerpo humano, se
acerca a esta mujer como si fuera perro.
Luego, al ser rechazado por esta mujer, se siente avergonzado y extraña
la vida de ser perro, lo que también demuestra la “superioridad” de ser perro y
la “inferioridad” de ser humano.